Cuando el visitante extranjero se encuentra en nuestro bellísimo país, se sorprende de la amabilidad, alegría y hospitalidad de la gente, de cómo lo tratan, de los olores de la exquisita comida que deleita el paladar, de la música, los bailes, la bebida y demás. Son muchas las sensaciones agradables e inolvidables que debemos cuidar y hacer que nuestro turista interno (nacional) y externo (extranjero), sea atendido con cordialidad y respeto.
Esto no debe ser solamente durante el mes patrio, sino también en los otros once meses del año. Es de gran ayuda ubicar al cliente como el centro del negocio, como nuestro invitado; cuando recibimos visitas en nuestra casa nos esmeramos por hacerlas sentir bien, que pasen un rato agradable, que se sientan apapachadas y consentidas. Si eso hacemos con nuestro cliente, lo haremos sentir como un invitado, y además pagará su consumo; creo que es lo mínimo que podemos hacer.
Invertir en la capacitación de los colaboradores, no es un gasto, como lo mencioné, es una inversión que te redituará en el corto plazo en más clientes para tu establecimiento, con la recomendación de boca en boca. Además de ser una publicidad gratis, el factor humano es lo más importante.
Si en tu equipo tienes personas contentas y capacitadas, desempeñarán sus labores con seguridad y de manera eficiente en un ambiente armónico. De esta manera, prepárate para recibir a tus clientes en estas fiestas patrias, con decoración y algún menú especial mexicano de fácil preparación, que permita una labor ágil en la cocina y que el proceso no se retrase en el área.
Crea y establece un plan de acción entre tu personal, sobre posibles problemas que pudieran llegar a suceder. Involucrar al personal de las diferentes áreas, ayuda a que exista una comunicación efectiva y todos vean hacia el principal punto: la misión empresarial.
Es de suma importancia que el colaborador muestre sinceridad y paciencia con los clientes, sea impecable con sus palabras, los atienda con agilidad y eficiencia para que desde la primera vez que reciba una instrucción, el resultado sea óptimo.
Sintámonos orgullosos de ser mexicanos, de laborar en la empresa que estemos, siempre haciendo lo mejor que uno puede hacer; desde el corazón y con el corazón. Así, no trabajamos (la palabra trabajo proviene del latín, trabis, que significa traba), disfrutamos de una manera divertida la función que desempeñemos. Tenemos todo para crecer y evolucionar.
¡Viva México!
¡Hasta pronto!
Por: Lupita Fuentes
Instagram: factor.gente